La Voz de Córdoba, Argentina. 29/08/2015
Días de radio
Era un espacio en el que todos querían estar,
porque la historia misma de la ciudad se había subido a ese primer piso.
Por Jorge Londero
El jueves pasado se
celebró el Día de la Radio en homenaje a la
primera transmisión
en nuestro país, que se registró el 27 de agosto
de 1920. Como durante toda
la jornada hicieron mención a esa
celebración, con numerosos
recuerdos históricos, no pude evitar
rememorar mis comienzos,
casi que diría mis primeros palotes,
en esta bella profesión de
ser comunicador.
medios, comenzó en la vieja Radio Universidad, aquella que
funcionaba en el pasaje Muñoz en la década de 1980 y que era
líder indiscutible en audiencia.
Les hablo de antes de que llegaran a nuestra ciudad esos dos
genios sanjuaninos que revolucionaron la radiofonía local.
Hablo de los tiempos en que la voz de José González, el Tío Pepe,
enamoraba a mujeres de todas las edades. De la época de
Alternativa con Mario Luna; o cuando el sábado fue el Octavo día,
de Aldo Guizzardi, “el Lagarto”.
genios sanjuaninos que revolucionaron la radiofonía local.
Hablo de los tiempos en que la voz de José González, el Tío Pepe,
enamoraba a mujeres de todas las edades. De la época de
Alternativa con Mario Luna; o cuando el sábado fue el Octavo día,
de Aldo Guizzardi, “el Lagarto”.
Me refiero a esa querida LW1 en la que el Beto Esquinassi se
preguntaba a la siesta ¿Y ahora qué?, a la misma que tuvo al más famoso Discotecario de la noche , don Percy Llanos, locutor,
animador y productor de espectáculos que sobrevivió a la salvaje
emboscada en la que fue asesinado Facundo Cabral, en Guatemala.
preguntaba a la siesta ¿Y ahora qué?, a la misma que tuvo al más famoso Discotecario de la noche , don Percy Llanos, locutor,
animador y productor de espectáculos que sobrevivió a la salvaje
emboscada en la que fue asesinado Facundo Cabral, en Guatemala.
En esa Radio con mayúsculas disfruté de maravillosos años de
trabajo, con profesionales que aún respetaban todos los códigos
de los medios tradicionales, en programas donde reinaba la
riqueza de lenguaje y no cabían palabras subidas de tono.
Era una radio de traje y vestido de fiesta, de música seleccionada
en forma cuidadosa por las discotecarias, de operadores genios
que manejaban la consola como si fuera el tablero de un
transbordador espacial, y de informativos que se repetían cada
media hora con la puntualidad de un tren suizo.
trabajo, con profesionales que aún respetaban todos los códigos
de los medios tradicionales, en programas donde reinaba la
riqueza de lenguaje y no cabían palabras subidas de tono.
Era una radio de traje y vestido de fiesta, de música seleccionada
en forma cuidadosa por las discotecarias, de operadores genios
que manejaban la consola como si fuera el tablero de un
transbordador espacial, y de informativos que se repetían cada
media hora con la puntualidad de un tren suizo.
Era un medio en el que todos los días desfilaban estrellas, desde
los más encumbrados políticos hasta artistas que llenaban el
entonces Estadio Córdoba (hoy Kempes). Era un espacio en el
que todos querían estar, porque la historia misma de la ciudad se
había subido a ese primer piso y desde allí escribía sus páginas
al compás del Gaudeamus Igitur , el himno universitario que se
utilizaba como cortina y presentador de programas.
los más encumbrados políticos hasta artistas que llenaban el
entonces Estadio Córdoba (hoy Kempes). Era un espacio en el
que todos querían estar, porque la historia misma de la ciudad se
había subido a ese primer piso y desde allí escribía sus páginas
al compás del Gaudeamus Igitur , el himno universitario que se
utilizaba como cortina y presentador de programas.
Y me tocó en suerte estar allí, en ese maravilloso lugar en el
mundo, como productor con Los últimos de la fila , que
hicieron Rebeca Bortoletto, Aldo Lumbia, Fabián Falcón y Sergio
Oro; con Para todos música , el programa más chupi-chupi que
tuvo la historia, con el mismo Lumbia, Lidia Conti y Raúl Martínez
Delgado; entre tantos otros.
Me tocó andar Viajando con Universidad , con Eduardo
Curvino; me tocó madrugar para Despertar Córdoba , con el
Flaco Fuentes, y me tocó también compartir la rigurosidad y
excelencia a la que llegaron Carlos Sachetto y Carlos Sacristani
con Primera página .
mundo, como productor con Los últimos de la fila , que
hicieron Rebeca Bortoletto, Aldo Lumbia, Fabián Falcón y Sergio
Oro; con Para todos música , el programa más chupi-chupi que
tuvo la historia, con el mismo Lumbia, Lidia Conti y Raúl Martínez
Delgado; entre tantos otros.
Me tocó andar Viajando con Universidad , con Eduardo
Curvino; me tocó madrugar para Despertar Córdoba , con el
Flaco Fuentes, y me tocó también compartir la rigurosidad y
excelencia a la que llegaron Carlos Sachetto y Carlos Sacristani
con Primera página .
Días inolvidables de radio en tiempos donde nueve de cada
diez cordobeses la estaban escuchando. Una audiencia tan
enorme que hasta hoy se conserva esa magia, esa energía que
aún me llena el alma cuando, de casualidad, me toca pasar
por el viejo Pasaje Muñoz.
diez cordobeses la estaban escuchando. Una audiencia tan
enorme que hasta hoy se conserva esa magia, esa energía que
aún me llena el alma cuando, de casualidad, me toca pasar
por el viejo Pasaje Muñoz.
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