miércoles, 28 de diciembre de 2011

ENTREVISTA A MARIO VARGAS LLOSA. (Córdoba, Argentina; 23/9/72)


MANIFIESTA MARIO VARGAS LLOSA: 
(Novelista peruano, autor de "Conversaciones en la Catedral" y otras obras)
“El Socialismo es la Solución para Nuestros Países pero no Debe ser Imitativo, Dogmático sino Imaginativo” Afirma.

Sus obras – “La ciudad y los perros”, “La casa verde”. “Conversaciones en la catedral” – lo colocan entre los más importantes narradores latinoamericanos. Es que Mario Vargas Llosa, peruano, encarna el deseo inmediato de pulverizar los viejos engendros. Se trata de un artesano talentoso que esquiva la improvisación y la ingenuidad. Admirador incondicional de la literatura de caballería, los frescos balzacianos y la férrea arquitectura de Flaubert, aún hoy sigue persiguiendo “la novela imposible, la novela total”.  En Caracas, capital de Venezuela, Mario Vargas Llosa fue entrevistado, en exclusividad para CORDOBA, por Percy Llanos. Acababa de presidir el Jurado del Premio Internacional de Novela “Rómulo Gallegos”, además de asistir al coloquio sobre el libro organizado por la Editorial Monte Ávila. En esta entrevista que publicamos se pone de manifiesto, una vez más, la poderosa imaginación del novelista, su seguridad en las respuestas. Lo que sigue es el resultado del citado dialogo.

MARIO VARGAS LLOSA fue entrevistado en Caracas, Venezuela por Percy Llanos, en colaboración
exclusiva para Córdoba. El novelista acababa de presidir el jurado del Premio Internacional "Romulo
Gallegos" (concedido finalmente a Gabriel García Márquez). En la nota gráfica los protagonistas del
diálogo. 

LA DESEADA MADUREZ.

Percy Llanos: ¿Qué opinión obtuvo de las obras presentadas en el Concurso “Rómulo Gallegos”, recientemente realizado en Caracas?

Vargas Llosa: De una manera general lo que más me sorprendió, tanto en las novelas de este concurso, como las de otros donde he participado como jurado, es esa voluntad de ruptura con las formas contradictorias de la novela latinoamericana. En casi todos los jóvenes hay una especie de voluntad de creación formal, aunque en cada caso se materialice de manera muy distinta. Tienden a crear no solamente en el dominio del contenido, sino de la forma y esto me parece muy importante, es un signo de madurez de nuestra literatura, la conciencia de que en la literatura todo se juega en el dominio de la forma, es decir, que una historia es rica o pobre, es cierta o falsa, según el estilo y el orden en que esa historia se materialice. Hace cincuenta años era una verdad que practicaban muy pocos escritores latinoamericanos. Se pensaba que el secreto de la narrativa estaba en descubrir una historia audaz, ambiciosa, distinta y que entonces era la historia misma la que imprimía de por sí una obra rica o bella, eso dio como resultado una cantidad de literatura melodramática, truculenta, cuando ahora sabemos que la cuestión es al revés.
Nuestra conversación se realizó antes de saberse que Gabriel García Márquez, sería el ganador del premio, con su portentosa novela “Cien Años de Soledad”. Bueno, oficialmente nadie podía asegurarlo, pero en el aire se respiraba, se presentía la unánime decisión.

LOS PELIGROS DEL FORMALISMO.

P. Llanos: ¿Mario, que vendrá después del llamado “boom”?

V. Llosa: Mira hago muchas cosas, escribo novelas, dicto clases de literatura, a veces soy jurado de concursos, pero adivino ahora no soy. Sería demasiado no crees? No se puede saber realmente. Creo que hay una cosa que me resulta inquietante, porque así como me parece positivo que los jóvenes tengan esa conciencia formal, también creo que el formalismo puede constituir un gravísimo peligro cuando se convierte en puro artificio, cuando se piensa que la única función de la literatura es la creación de formas y se empieza a justificar la forma por si misma independiente o separada de un contenido, de un contexto, de una realidad. No se puede negar que hay un sector de jóvenes talentosos latinoamericanos que practican este tipo de literatura como un mundo totalmente autónomo, justificable en términos puramente lingüísticos. Este mismo fenómeno ha hecho mucho daño a la literatura europea, por ejemplo; sería muy triste que se repitiera en América Latina. 

P. Llanos: ¿En tu caso, como se realiza esa unidad, entre el escritor que inventa, que imagina historias y el hombre dedicado a la investigación, con una técnica, una disciplina, un rigor científico como el que demuestras en tus trabajos como crítico?

V. Llosa: El ejercicio de la literatura para mí siempre ha sido el ejercicio de una disciplina. Para mi escribir es ejercitar una disciplina rigurosa, no quiero decir con ello que que no me fio de la imaginación, al contrario, la sin razón, lo irracional, el puro instinto son también factores decisivos en la creación literaria, pero siempre y cuando todo ese material sea gobernado, manipulado por la razón, y elaborado un número infinito de veces hasta encontrar su verdadera forma. En mi caso, esto sólo es posible a través de mucho esfuerzo.

P. Llanos: ¿Pero cuál es el método de trabajo Mario. La diferencia entre el narrador y el investigador?

V. Llosa: Naturalmente es un trabajo muy distinto. “Historia de un deicidio” sobre la obra de García Márquez, significó para mí una experiencia totalmente nueva.
Me di mejor cuenta que en una novela yo me siento muchísimo más liberado a lo imprevisto y busco siempre la parición de esas fuerzas espontaneas, no gobernadas y es lo más exaltante quizá del trabajo creativo en el caso de una novela., ver aparecer de pronto elementos que uno no premeditó y que operan cambios importantes en la historia y a veces la dirigen. En el caso de una obra crítica todo tiene que ser constantemente vigilado, sometido a la prueba de la lógica más estricta y sistemática, entonces la imaginación esta mucho más subordinada. Ahora bien, en cuanto a esfuerzo, a trabajo, es similar en ambos tipos de trabajo.
Sinceramente una de las cosas que más le agradezco a Europa es la organización, la metodicidad, la disciplina que me inculcó. En realidad hasta que fui allá nunca había podido trabajar de esta manera. En esos años europeos aprendí a exigirme.

EL TRABAJO DE HOY.

P. Llanos: ¿Y en qué estás trabajando ahora?

V. Llosa: Estoy escribiendo una novela “Pantaleón y las visitadoras”. Acabo de finalizar el borrador. Luego de Caracas iré al Perú, específicamente a Iquitos, una ciudad de la Amazonia peruana, donde se sitúa la historia.

(P. Llanos: Mario Vargas Llosa se entusiasma al contarme un poco el tema de su próxima novela, me dice que hace un año que viene trabajando intensamente en ella. La novela está basada en un hecho, en una historia real. Cuando viajó por primera vez a la selva peruana descubrió que existía un grave problema en el aislamiento en que vivían los soldados de las guarniciones de las frontera, ese problema lo resolvieron de una manera muy curiosa: creando un servicio de prostitución volante.)

V. Llosa: Siempre me fascinó la idea del personaje, del oficial de Intendencia a quién se encomendó esta tarea, que eufemísticamente se denominaba con el nombre de “servicio de visitadoras”. Pero, claro nunca conocí a ningún oficial, ni nunca supe cómo funcionaba ese servicio…

P. Llanos: ¿Qué es lo que más te interesa?

V. Llosa: Lo que me interesa fundamentalmente es la novela. La crítica para mí es complementaria, adicional y derivada de mi trabajo creativo. Incluso la crítica me interesa no como un trabajo científico, sino como un trabajo de creación.

P. Llanos: Este es Mario Vargas llosa, desbordante en sus apreciaciones, muchas veces por intentar satisfacer al periodismo se ha visto envuelto en serios problemas; en otras por no retacear conceptos originó enconadas polémicas. Recordamos que luego de recibir el premio Rómulo Gallegos en 1967, pronuncio un discurso el cuál se identificó, se comprometió francamente con la revolución cubana, agregando que el socialismo era la vía liberadora para América Latina.
 ¿Sigues pensando igual?

V. Llosa: Básicamente mi actitud sigue siendo la misma, sigo sosteniendo que el socialismo es la solución para los problemas de nuestros países, pero este no debe ser imitativo, dogmático, sino imaginativo.
Hay que aprovechar las experiencias del paso, sin incurrir en errores cometidos por otros. Mi posición frente a la revolución cubana sigue siendo de adhesión y solidaridad, pero reconozco que en los últimos tiempos, aparentemente por razones de tipo económico, ha perdido un poco la originalidad que tanto nos entusiasmó. Se están siguiendo caminos preestablecidos en otros países socialistas, su endurecimiento de los últimos años me parece criticable; el margen de la libertad crítica se ha reducido, el de la tolerancia es menor, hay menos flexibilidad dentro del sistema. Mi adhesión continúa pero no es incondicional, como no lo es con respecto a la revolución de mi país.

P. Llanos: ¿Y cómo ves la revolución peruana?

V. Llosa: Hay aspectos muy positivos. El mayor acierto me parece que es la reforma agraria. Han puesto la tierra en manos de los campesinos, completando la decisión con ayuda técnica, las cooperativas de tal modo que la producción no ha sufrido un colapso. También es muy interesante la política petrolera, la política internacional ahora en tangible apertura, como es la reanudación de las relaciones con Cuba es positiva. Pero sigo creyendo que hay aspectos negativos. La participación civil en el proceso es escasa y esto da un poco de temor y de duda.


Conversamos muchas horas con Mario Vargas Llosa, estuvimos en todos los homenajes y ceremonias que se ofrecieron a Gabriel García Márquez luego de ganar el premio “Rómulo Gallegos”, tuvimos la suerte de asistir al coloquio del libro en esta ciudad de contrastes que por una semana se convirtió en la capital de la Literatura Latinoamericana.




Entrevista publicada en:
La Voz del Interior.-- Córdoba, Argentina; 23/9/1972. Columna: El Reportaje de Hoy.



Por Percy Llanos 

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